¿Cooperativas chicas o cooperativas grandes?
Hace casi veinte años, en este mismo El Solidario, entonces en versión impresa, nos planteábamos esta misma pregunta con el mismo título. Eran épocas de la Reglamentación 1993, de la Administración Lacalle Herrera, aquella de las franjas, que dividía a las cooperativas según los ingresos familiares, para que ninguna familia tuviera una vivienda que no pudiera pagar, aunque fuera la que necesitaba. En aquella época, aunque la ley hacía posible que las cooperativas tuvieran hasta doscientos socios (y lo conjuntos, por lo tanto, doscientas viviendas), no podían tener más de cincuenta, por una reglamentación que venía de la dictadura, y en los hechos el promedio no llegaba ni a cuarenta.