LA PEQUEÑA DIFERENCIA: DOS MODELOS
La seguridad social como Derecho Humano, según el economista y contador Jorge Notaro
Equipo Comunicación FUCVAM
Foto: Equipo de Comunicación FUCVAM

Para el contador y economista Jorge Notaro, hay quienes no entienden a la seguridad social como un “derecho humano”. 

Hay países donde la seguridad social es débil o inexistente, según informó el economista y contador Jorge Notaro. También declaró que en Uruguay existen “economistas del déficit” que ante los problemas de sostenibilidad financieros del Banco de Previsión Social (BPS) desconocen a la seguridad social como “un derecho humano”. Para la Organización Internacional de Trabajo, el sistema de pensiones de los países, debería dirigirse hacia objetivos como “la solidaridad” y “la suficiencia de las pensiones”. Pero existen quienes matizan el asunto. El director del Centro de Investigaciones Económicas (CINVE), Gonzalo Zunino, sugirió que de aprobarse la normativa incluida en el plebiscito, se tendrían reforzar los recursos en seis puntos del Producto Bruto Interno (PBI) y no cabría espacio para otras políticas públicas. 

Pero economistas como Jorge Notaro, Antonio Elías y Carlos Viera rebatieron algunos argumentos esgrimidos por Zunino bajo el título de “Los anuncios de apocalipsis en la Seguridad Social. Profecías sin fundamento”, en referencia de que las proyecciones de más de 50 años eran bastante insólitas. 

El punto es discutir, según indicó Notaro en diálogo con El Solidario, la cobertura del sistema teniendo en cuenta pensiones alimenticias, asignaciones familiares, el envejecimiento de la población y los problemas de financiamiento en su conjunto. Sin desentenderse de la seguridad social como un derecho humano que sí o si tiene que brindar el Estado uruguayo. Por otro lado, sostuvo que el financiamiento debería discutirse teniendo en cuenta factores como la expectativa de vida y el aumento de la informalidad del trabajo, pero desde la perspectiva de esta como un derecho.

Usted utilizó el calificativo “economistas del déficit”, pero si bien hay dos visiones contrapuestas en cuanto a la sustentabilidad, ¿se puede negar que hay un problema de sustentabilidad?

No, pero antes hay una consideración previa: durante la dictadura se hicieron cambios en la forma de financiación del sistema de seguridad social. Los ingresos de las cajas de jubilaciones que después se unificaron en BPS. En ese momento, el financiamiento del sistema de seguridad social estaba compuesto por aportes salariales de trabajadores, aportes patronales y otro conjunto de impuestos específicos, que se crearon para destinar a la seguridad social. Para responder tu preocupación por el déficit: en su momento se bajaron los aportes patronales y se destinaron a la seguridad siete puntos de lo recaudado por IVA. Hay otras modalidades de financiamiento que no surgen del sueldo. 

Por lo que tengo entendido, se destinan 650 millones de dólares desde Rentas Generales al Banco de Previsión Social, ¿eso no implica un “déficit” para usted?

El financiamiento es una parte, se recauda por el IVA, otra se recauda por aportes patronales y otra por el salario de los trabajadores. Lo que falta se tiene que financiar por rentas generales. Lo que aporta a rentas generales está comprometido, no es un déficit. En Uruguay tenemos muy incorporada la idea de seguridad social. Se puede ir por vías tributarias.

Hay dos grandes incógnitas en cuanto a la sustentabilidad del BPS, no solo el aumento de la población envejecida, sino también el aumento del trabajo informal. ¿El envejecimiento implica un gran aumento de las pasividades?

Cuando las mujeres se vayan incorporando al trabajo, esa diferencia se va a reducir por tasas de actividad. En 1996 se incluyeron a las AFAPs para reforzar la sustentabilidad del sistema. Pero se incorporaron en 30 países y 18 decidieron darlo de baja. En el caso de Uruguay el problema, como decían mis colegas Carlos Viera y Antonio Elías, son las AFAPs. El problema no es el ahorro individual, este se puede discutir en término de valores, pero las financieras recaudan dinero por aportes de trabajadores con la maquinaria del BPS. O sea que el bajo, junta el dinero y se lo transfiere a las AFAPs, sin cobrar el servicio. Y el trabajo de juntar plata tiene costos. 

Por otro lado, a las AFAPs se las obliga a invertir el 55 % de sus ingresos a títulos de deuda del Estado y cobra una tasa de interés por ello. Es algo que podría hacer el BPS y financiar las jubilaciones futuras. La deuda pública en Uruguay ronda los 60 mil millones de dólares. 

Entonces, ¿la diferencia entre economistas del déficit y los que no lo son, es por el manejo de los fondos de las AFAPs?

En el entrecruce con economistas está el capítulo del director de Centro de Investigaciones Económicas, Gonzalo Zunino en Brecha. Como doctor y director del observatorio de la seguridad social del instituto, construyó un modelo econométrico de acá a 50 años de cómo podría llegar a ser la seguridad social. Pero en ningún lugar vas a encontrar la palabra derecho. Según su perspectiva, la seguridad social es un problema financiero y se puede recortar para mejorar el equilibrio fiscal. 

Según palabras textuales de Zunino en la diaria, en caso de que se apruebe la propuesta sindical y como consecuencia del envejecimiento de la población, “las proyecciones disponibles indican que en el caso de mantenerse el régimen previo a la Ley 20.130, una trayectoria creciente del gasto", "el aumento significa un aumento del 6 por ciento del PBI", y "consumiría todo el margen fiscal creado por el crecimiento económico y no dejaría espacio para otros objetivos de política pública especialmente relevantes" como podrían ser la salud o la educación ¿existe este peligro?

Zunino toma dos supuestos que no comparto. Lo primero, suponer que la seguridad social se va a seguir financiando con aportes de la masa salarial. Si uno toma ese supuesto, es obvio que reducirá por el doble efecto del envejecimiento de la población y de la sustitución del trabajo por capital.

Eso va a ocurrir. Entonces, para ejercer el derecho de la seguridad social, hay que buscar otro camino para el financiamiento. Porque estos dos fenómenos llevan a que las ganancias aumenten. Y esa parte creciente de la economía no se condice con un segundo supuesto: el espacio fiscal. Vamos al segundo supuesto de Zunino quien sostiene que no aumentarán los impuestos. 

Entonces, según usted, ¿la diferencia con su visión se basa en sí se aumentan los impuestos, en los salarios o en las rentas?

Exactamente. Nosotros decimos que si queremos que las jubilaciones sean igual o mejor, hasta este momento tenemos que buscar otras fuerzas de ingresos. Así como en la dictadura se buscó en el IVA, la izquierda la tiene que buscar en los crecientes ingresos del capital. No suponer que la seguridad social se va a financiar exclusivamente con porcentajes de aportes sobre los salarios y no suponer que el gasto público no va a aumentar. 

¿Hay estimativos de cuáles son los ingresos empresariales en Uruguay?

Los ingresos del capital en Uruguay rondan entre 15 a 20 mil millones de dólares anuales en el Uruguay. 

¿A cuánto del PBI se equivalen?

Los ingresos del capital equivalen al 33 % del Producto Bruto Interno. Retribuye al Estado con el 10 % de esos ingresos. Mediante impuestos se recaudan entre 1500 y 2000 millones de dólares anuales por el IRAE, por el Impuesto al Patrimonio y otros. ¿Hay margen para aumentar los impuestos al capital? Por supuesto. Si de cada 100 pesos uruguayos que reciben pagan uno. Se podrían duplicar los impuestos al capital, pagarían dos puntos y se llevarían ocho. 

¿Pero este aumento fiscal, o sea de impuestos, implicaría una reducción de inversiones?

Siempre está ese fantasma. Pero no se van los inversores o, al menos, no sabemos si aumentaremos un poco el IRAE y veremos. Si vemos que es terrible y que no hay más inversiones, tenías razón. Pero para que haya inversiones tiene que haber demanda. Si lo que producen no lo pueden vender, hay un conjunto de condicionantes. Un proyecto de inversión no se decide solamente por exoneraciones fiscales. ¿Por qué UPM invirtió en Uruguay? Porque un eucaliptus alcanza la magnitud óptima para cortarlo en siete años y en otras partes del mundo 14. 

Otro argumento de Zunino en la diaria fue que tal vez el aumento del gasto público pueda reducir las posibilidades de afrontar la infantilización de la pobreza, ¿no existe tampoco este riesgo?

Nadie asegura que una esté vinculada a la otra. Zunino se acuerda tarde porque el fenómeno de que la mayor parte de los niños uruguayos nacen en familias de bajos ingresos y por debajo de la línea de la pobreza no es un fenómeno nuevo. Cuando decimos que no hay que recortar el derecho de la seguridad social, también incluimos ingresos para infancias y adolescencias. También se pagan pensiones alimenticias y asignaciones familiares por intermedio del Banco de Previsión Social.