Alrededor de quince cooperativistas se anotaron al curso que dictan las docentes Fernanda Núñez y Claudia Seiter, para que luego de 22 clases puedan dar, el próximo 14 de junio, la Prueba Nacional de Acreditación de la Educación Básica Integrada - Acredita.
Foto: Equipo Comunicación FUCVAM
Nahuel Chavez tiene 21 años y pertenece a la cooperativa COVINUESTROSUEÑO. Cuando llegó la edad de anotarse al liceo no pudo culminarlo porque tuvo que comenzar a trabajar. Gracias a su madre se enteró del programa de acompañamiento educativo que estaba desarrollando FUCVAM y así fue cómo se anotó. “Me encantó la iniciativa, porque justo estaba buscando algo así”, sostuvo Nahuel.
Valeria Da Silva es de COVIMAUA, una cooperativa ubicada en el Prado. Tiene 47 años. El año pasado dio la prueba ACREDITA y la perdió. Por eso cuando se enteró de las clases se anotó. Espera que con la ayuda de las docentes cooperativistas la pueda salvar. Una vez alcanzada la aprobación del ciclo básico, Valeria pretende “seguir estudiando”.
Joanna Denis tiene 34 años, no es cooperativista. Se enteró de las instancias formativas por las redes de FUCVAM. Necesita dar la prueba para tener mejores proyecciones laborales.
Tanto la docente de matemáticas y contabilidad, y cooperativista de COVIPAIS, Claudia Zeiter, como la docente en comprensión lectora y cooperativista de COVIFA del barrio 26 DE OCTUBRE, Fernanda Núñez, coinciden que la forma de llevar a cabo estas iniciativas educativas para adultos es “escuchar”.
En el caso de Claudia, este es su segundo año dentro del proyecto educativo de ENFORMA. La oportunidad le pareció “hermosa” para que compañeros y compañeras puedan ampliar su trayectoria laboral. Las instancias de “intercambio” educativo entre cooperativistas le parecen la parte “más hermosa de la docencia”.
“El año pasado lo viví de cerca, con mi pareja, cuando cursó el año pasado. Realmente vas creciendo y ven lo lindo que es que avancen ellos. Muchas veces se desaniman, y está bueno que encuentren una manera de venir y esforzarse. Es muy placentero. Valoro muchísimo, además, que FUCVAM no solo piense en la casita con las cuatro paredes, sino que también piense en darle a las personas más medidas para vivir la vida”, aseguró Zeiter.
En este sentido, la docente de matemáticas y contabilidad contó que su propia trayectoria de vida está transversalizada por la falta de estudios. A los 14 años dejó, su trayectoria educativa. Luego retornó a sus 30 años y culminó sus estudios terciarios.
“A la hora de dar clases lo primero que se hace es escuchar”, indicó Zeiter para luego aclarar que “la realidad de una clase no la puedo separar de lo que sucede en tu casa, lo primero que hacen los estudiantes es contarte por qué dejaron y lo primero que tiene que decirle una es que sí, se puede”.
Por su parte, Fernanda Núñez también indicó que una de sus prioridades como docente es “escuchar”. Si bien este es el primer año en el que participa de las instancias de formación para cooperativistas que estén interesados en dar la prueba Acredita, con anterioridad ya había trabajado con personas adultas de diferentes realidades.
“Nosotros lo que hacemos es volcar nuestro acumulado de vida para que sea compartido con compañeros y compañeras en instancias de formación. En este caso, no hay un sistema educativo detrás, ni un rol definido, así es como tiene más lugar ese ida y vuelta, ese intercambio en la que una tiene que ponerse en el lugar del otro y prestar oído. Porque contener también enseña”, remarcó la docente.
En este sentido, Núñez informó que los y las estudiantes tendrán un total de 22 instancias educativas que culminarán el próximo 14 de junio, cuando, finalmente, la prueba Acredita tenga lugar.
La normalidad educativa
Al dirigente de ENFORMA, Fernando Zerboni, le preocupa la baja participación de los y las trabajadoras que integran las cooperativas en el programa. En la edición del año pasado se anotaron 20 personas y esa cantidad disminuyó a 15, este año. Algo que le sorprendió, ya que, según informó en diálogo con El Solidario, “hay muchos trabajadores que no terminaron el ciclo básico liceal, lo que antes era primero, segundo y tercero el liceo, que ahora es séptimo, octavo y noveno”.
En Uruguay, indicó Zerboni, existen un total de 800 mil uruguayos y uruguayas que “no terminaron el ciclo básico”. Mientras, según los datos proporcionados, la prueba Acredita fue tomada por apenas 8 mil personas el año pasado. O sea, el 1% de las personas con ciclo básico liceal incompleto
“La normalidad es, justamente, que no lo pueden terminar por diferentes razones, el sistema mismo que tenemos es muy limitante, es excluyente, entonces no es su culpa individual”, indicó el referente de ENFORMA. Por eso, la maestra Alicia Dambrauskas trasladó la idea de iniciar un programa de apoyo para socios cooperativistas que deseen dar la prueba.
“La formación, en general, hace a la calidad de vida que somos capaces de construir. Entender a qué desafío nos enfrentamos, nosotros pensamos que nos permite posesionarnos mejor, saber que cuando entro en una cooperativa estoy planteándome construir un conjunto de relaciones con un grupo de personas para llevar a la práctica un fin común es importante”, sostuvo Zerboni sobre el objetivo de formar a los y las cooperativistas.
En este sentido, el referente de ENFORMA indicó que, mientras el sistema puja hacia “el individualismo, el arreglate solo, sola, si sos perseverante y dedicas todo el día a mejorar tus capacidades cognitivas, vas a triunfar en la vida”, la realidad no se condice con las expectativas y toda situación, ya sea educativa o laboral, depende de “la ubicación social” de la persona.
“La colaboración con otros y otras es lo que nos permite llenar de forma adecuada nuestras necesidades. ENFORMA, con los años, se ha ido posesionando en ese punto. Si bien tenemos que saber toda la formalidad del funcionamiento de una cooperativa, no alcanza con eso. La educación es importante”, concluyó Zerboni.
Al mismo tiempo, el referente de ENFORMA sostuvo que si bien existen diversidades de situaciones, las limitaciones para culminar el ciclo básico o no culminarlo son variadas y no son “limitaciones personales” sino que suelen ser “limitaciones del sistema en el cual estamos insertos y convivimos”.
La propuesta gira en torno a incentivarse, entre docentes y estudiantes cooperativistas, a tener una visión “solidaria y colectiva”. La prueba de ACREDITA es simplemente la excusa para “luchar contra estas limitaciones que nos impone el sistema”. “Lo que se evalúa en la prueba no es el conocimiento de los libros, sino las capacidades adquiridas en la vida. Cualquier trabajador que trabaja ocho horas diarias tiene muchos saberes acumulados y muchas capacidades adquiridas”, sostuvo Zerboni tras arengar nuevamente a los y las cooperativistas a anotarse.
“Acercarse a este espacio no implica comprometerse definitivamente con cursarlo, o sea con participar de todas las instancias que el curso plantea. Lo importante de acercarse es conocer que significa dar este examen. Conocer que no es un saber basado en cursos anuales, semestrales, no, es una evaluación de los saberes y la posibilidad de expresarlos”, arengó nuevamente a anotarse el referente de ENFORMA.