“La idea es contar una parte de FUCVAM que no ha sido contada todavía”, sintetizó en diálogo con el portal oficial de la Federación la investigadora de Alba Sud, graduada en Turismo y con un Máster en Antropología y Etnografía, Carla Izcara Conde.

Tras un breve intercambio con un antropólogo uruguayo, Sergio Llanes, este centro de investigación catalán encontró en las actividades de FUCVAM, como los talleres de Ignacio Martínez, las excursiones a Colonia o Piriápolis, así como la multiplicidad de actividades vinculadas a la música y la recreación en las propias cooperativas, un “modelo exitoso”, según calificó Izcara, para poder estudiar.

"Nuestra idea no es contar la historia de la vivienda, que ya ha sido contada y escrita por personas que forman parte de la organización y demás, sino darle peso a toda esta propuesta y explicar por qué es importante. Y también porque nos permite pensar en un turismo bajo marcos muy diferentes a los que normalmente se desarrolla”, sostuvo Izcara.

Por su parte, el investigador, fundador y coordinador de Alba Sud, investigador postdoctoral en el Departamento de Geografía de la Universidad de las Islas Baleares en La Palma, Ernest Cañada Mullor, sostuvo que como el centro de investigación “busca experiencias” que “permitan imaginar formas de transformación del turismo, alternativas”, el hallazgo de FUCVAM fue de suma relevancia. Además de la experiencia de FUCVAM, el centro de investigación, paralelamente, estudia la política que se desarrolla en São Paulo (SESC) y otra alternativa de turismo sindical en Argentina.

“Estábamos buscando experiencias que nos permitieran pensar e imaginar formas de transformación del turismo. En España, como también en otros lugares, abordamos la discusión de que se está generando una disociación entre los lugares turísticos, con dinámicas de turistificación fuertes, que organizan el territorio y la vida de las personas que viven allí en función de intereses del capital”, explicó Cañada.

Este proceso de turistificación de los territorios lleva a que dos elementos complementarios provoquen que el turismo esté en manos de grandes capitales y que, al mismo tiempo, las poblaciones más populares no puedan acceder a él.

“En ese marco de disyuntiva de discusión, nos comenzamos a preguntar: ¿será que tenemos que renunciar a organizar el turismo de otra forma? ¿Solamente el turismo puede ser organizado a través de las lógicas del capital o podemos pensar en otras lógicas que nos permitan organizar los tiempos de vacaciones, de recreación, cuando incluyen desplazamiento, de otras maneras?", relató el coordinador de Alba Sud.

En este sentido, la idea es poder encontrar actividades que piensen el turismo de una manera “más justa” y “más equitativa”, según Cañada, poniendo a las “personas en el centro de esta actividad económica”. La idea de estudiar, además de FUCVAM, otros dos casos de turismo sindical y social en Brasil y Argentina, es poder encontrar “herramientas” que permitan pensar en una actividad tan importante para países como los nuestros.

"Nos movemos en esas contradicciones. El turismo, como cualquier otra actividad, lo podríamos organizar de otra manera, mucho más justa, más equitativa, si pusiéramos a las personas en el centro de los sectores populares. Nuestro objetivo tiene que ver con eso, con cómo generamos herramientas que nos permitan pensar en cómo avanzar en este tipo de cambios."

Una de las colaboradoras de la organización e integrante activa en la investigación de FUCVAM, docente en el Centro Universitario Regional Este de la Universidad de la República, Marciana Zorzi, sostuvo que evaluar las posibilidades de turismo “que no son hegemónicas cuando vivimos en ciudades tan turistificadas o de concentración de capital” y también investigar alternativas es parte de generar “un discurso crítico, pero con una perspectiva de presentar otras formas de hacerlo”.

“El objetivo de Alba Sud no es solo quedarse en el discurso de la crítica, porque la perspectiva crítica te da eso también. Es hallar una contracara, ¿cuál es la contracara de eso? Es plantear posibilidades, alternativas adaptadas a un sector de la población que es la clase trabajadora”, subrayó Zorzi.

FUCVAM como modelo “exitoso” y las visiones preliminares

A Cañada le interesó, en un principio, que FUCVAM además de ser una “referencia del cooperativismo de vivienda a nivel internacional” también había desarrollado intereses no solo por la vivienda en sí, sino por “lo que ocurría en el tiempo libre”.

“Tener clara la posibilidad de desarrollar capacidades e inquietudes de los cooperativistas con paseos, con el cámping, con talleres dentro de las cooperativas estuvo muy presente desde el origen de la Federación”, sostuvo el coordinador de Alba Sud para luego agregar que en FUCVAM, “hay una conciencia muy clara de que en el tiempo libre se juegan cosas que son importantes para el desarrollo del ser humano”.

La investigadora y colaboradora, por estar radicada en Uruguay, Zorzi sostuvo que encontró en FUCVAM “una experiencia exitosa en cómo se sostiene este conjunto de actividades culturales que, más que algo complementario, es una experiencia del modelo”.

Tras realizar entrevistas al Presidente de la Federación, Enrique Cal, a la encargada de coordinar a nivel central las actividades, Laura Schenzer, a las encargadas de las bibliotecas en las MESAS y las ZONAS, y experimentar cómo se desarrollan los espectáculos como La Ventolera o los talleres TUMP, así como los paseos que se realizan a Colonia y Piriápolis para cooperativistas, Zorzi sostuvo que encuentra en FUCVAM una serie de “actividades de turismo social financiadas a partir de la autogestión”.

“Las cooperativas solucionan sus actividades culturales por intermedio de la cadena, la vinculación, algo en lo que aún no hemos profundizado en la investigación todavía, pero es una señal de que la investigación promete, porque es eso que buscamos, el apoyo de las comunidades y la integración”, se congratuló la docente del CURE.

Entre otros indicios, tanto Zorzi como Izcara, encontraron “elementos importantes” para destacar esta experiencia en la Federación. “La primera y más importante es cómo nos recibieron en todos los lugares que fuimos, ese espíritu anfitrión que tienen las cooperativas, también en FUCVAM, que te hacen sentir como en casa, bien recibidos, es algo que destacar de la ayuda mutua y de la solidaridad, porque es algo que es evidente”, indicó Zorzi.

Por su parte, la investigadora radicada en Barcelona, Izcara, destaca otro elemento: “el papel clave de las mujeres” en el desarrollo de las actividades de ocio y recreación “como tareas de cuidado”. “Mientras el mundo es cada vez más individualista, esta clase de organizaciones van en contra de esta voluntad de que cada vez vivamos más aislados”, subrayó Izcara.

Si bien falta un año para que Alba Sud presente los resultados de la investigación, Zorzi adelantó que las actividades de ocio y de uso de tiempo libre por parte de las cooperativas van a ser estudiadas con una perspectiva histórica.

“Hay una historia, una trayectoria, hay un presente y un futuro, entonces, como nos decía Julio, el encargado del Cámping, también existen otras cosas para evaluar como que las personas utilizan más las plataformas de alquiler u optan por una casa antes que el propio espacio del cámping”, señaló Zorzi.

Orígenes y curiosidades de Alba Sud

Alba Sud es definido por Cañada y por Izcara como “un centro de investigación”. El informe de FUCVAM se publicará dentro de un año y está previsto que sea en la entrega de otros cuatro informes, con difusión presencial ante el movimiento, así como en la confección de un podcast de Alba Sud que se llamará “Utopías del Descanso”.

Por el momento, Cañada se encuentra realizando una última ronda de entrevistas, mientras que las realizadas por Zorzi e Izcara están siendo transcriptas, analizadas y procesadas para que “antes de publicar FUCVAM acceda a ellas, pueda mostrarlo y ponerlo en discusión”.

El trabajo de investigación que desarrolla el centro tiene como objetivo, según Izcara, “ser útil para los movimientos sociales y las comunidades locales”. Su propósito es el de llevar el conocimiento crítico del movimiento a “una acción, que no sea una investigación académica, sino que tenga una vocación divulgativa, educativa y de incidencia política”. La idea, concluyó, es que “pueda servir para las luchas de los movimientos sociales”.

Alba Sud tiene como sede Cataluña, una región al norte de España, pero comenzó estudiando la cooperación clásica en la capital de Nicaragua con personas que integraban una comunidad turística. Nace en 2008, allí en suelo latinoamericano, porque Cañada se encontraba allí trabajando en el “campo de la investigación y comunicación en el turismo tanto en España como en Nicaragua”.

“Nosotros pensamos que hacía falta un espacio que ayude a generar conocimiento en torno a la actividad turística para ponerlo al servicio de los sectores populares, lo cual implicaba caminar con los dos pies, poner acento en la denuncia y en la problematización de lo que el capital hace a través del turismo”, explicó Cañada.

La turistificación como fenómeno, señaló por su parte Izcara, “es una actividad que parece estar orientada al objetivo de la reproducción del capital, pero puede orientarse también al desarrollo humano o a la protección del medio ambiente”.

En España, informó el coordinador de Alba Sud, la actividad turística es una de las más importantes de la economía. “En Barcelona el 14% del Producto Bruto Interno está vinculado al turismo y otro 13% a la creación de empleos”, sostuvo para luego agregar que esta ciudad catalana tiene casi dos millones de habitantes, pero que recibe “29 millones de turistas, mientras que el 33% de la población española no puede acceder a sus vacaciones”.

Los cuatro ejes en los que se basa la organización de Alba Sud son “investigación, sensibilización, formación e incidencia política”. Esos cuatro “ejes de acción” que se propone Alba Sud, según Izcara, cuentan con investigadores contratados en su sede oficial de Barcelona y una red de colaboradores y colaboradoras radicadas en República Dominicana, Francia, Costa Rica, México, Nicaragua, Brasil, Argentina, El Salvador, Colombia y Uruguay, entre otros.