
Bajo el título “Una fecha incómoda” trabajadores organizados conmemoraron el 18 de enero de 1984 con aportes de la historiadora Lucía Siola, intervenciones del periodista especializado en pasado reciente, Roger Rodríguez, y la bienvenida del secretario general de FUCVAM, Gustavo González.
Tras reunir documentos completos, fragmentados, testimonios y diversas fuentes históricas, un grupo de trabajadores textiles organizados que ocuparon durante 15 días la vieja hilanería Industria Lanera del Uruguay (ILDU) en 1984, decidieron publicar “Una fecha incómoda”. El 18 de enero de 1984, representa el último día de la ocupación, tras desarrollarse un operativo del gobierno de facto, y la respuesta del movimiento sindical en su conjunto con un paro general. También representa la fecha en la que el exministro del Interior, Néstor Bolentini, decide volver a instaurar las Medidas Prontas de Seguridad.
Durante su intervención, el secretario de FUCVAM, Gustavo González, agradeció a los trabajadores por plasma una “fecha olvidada” de la época de transición, como se conoce al comienzo de la disolución de la dictadura y la apertura a negociaciones con partidos políticos para reiniciar instancias democráticas, para luego indicar que fechas como la del 18 de enero de 1984 o la del 9 de noviembre de 1983, “marcaron la independencia política de los y las trabajadoras”.
“Felicitaciones a los extrabajadores de la ILDU por haberse animado a hacer un libro de todo esto, en especial, porque no hubo ningún periódico en la época que haya cubierto la huelga y estas son fechas que marcan el ejemplo de los trabajadores en la resistencia y la independencia política”, remarcó González.
Por su parte, la historiadora Siola realizó un análisis exhaustivo del libro e indicó que los aportes realizados iban desde reforzar “la tradición historiográfica militante” hasta presentar “una mirada crítica de la transición”.
“Una fecha incómoda, representa un proceso de reconstrucción sindical de hitos que no fueron considerados en otras oportunidades y que hacen visibilizar a los movimientos sociales y su solidaridad”, estableció la historiadora, para luego subrayar en que el libro “no habla de un sindicalismo monolítico” y que varias corrientes políticas tenían expresión sindical.
En este sentido, Siola remarcó que durante la transición el gobierno de facto estaba dialogando con los partidos políticos y que el libro toma parte de esa Historia para brindar otra mirada del proceso “más contradictorio” con una mirada crítica sobre eventos, el Pacto del Club Naval y la “estrategia dialoguista”. Para finalizar su oratoria agregó algunos datos concretos de la ocupación: en ILDU trabajaron 12 mil personas, fue “una de las últimas grandes fábricas textiles en el Uruguay”.
Por su parte, el periodista Roger Rodríguez destacó que el libro trabajase sobre “los ángulos de formación cívica” que representaron para la sociedad y el contexto un resurgimiento de las diferentes formas de organizarse.
“La dictadura en ese momento ya había perdido su proyecto político y económico, a partir del 82 cualquier oposición real sobresalía, no nos olvidemos que tras la ocupación fue el mismo Bolentini quien volvió a instaurar las Medidas Prontas de Seguridad”, contextualizó el periodista para luego subrayar en que el PIT, la ASCEEP y FUCVAM generaron una relación “horizontal”, una lógica que logro revertir el fenómeno de los “sindicatos amarillos”.
Sobre la mirada crítica que coloca el libro sobre la transición, el periodista marcó que la “impunidad” concretada en el Pacto del Club Naval pesa aún hoy sobre el presente. “El Pacto del Club Naval implicó la instauración de una cultura de la impunidad que lleva a que aún hoy no hemos dejado de ser una transición democrática”, concluyó el periodista.