28 de Diciembre del 2022
Origen del modelo Ayuda Mutua
Codo a codo: origen y permanencia del modelo cooperativista de Ayuda Mutua
Ayuda mutua

La génesis del modelo de Ayuda Mutua está estrechamente vinculado al surgimiento de la Ley Nacional de Vivienda, promulgada el 17 de diciembre de 1968. La propuesta llegó a las esferas parlamentarias gracias al diputado del Partido Demócrata Cristiano, Juan Pablo Terra, quien redactó el capítulo X tras vincularse con el Centro Cooperativista Uruguayo (CCU).

 

Si bien el movimiento popular del cooperativismo uruguayo había concretado la construcción de un cooperativismo vinculado a la producción y al agro, la vivienda era una política que aún no se había instalado. La vivienda si era un tema de interés general para intelectuales, políticos y trabajadores.
 
El entonces presidente Jorge Pacheco Areco había pregonado por la construcción de viviendas para los más vulnerables en su propia campaña política. Incluso, la Cámara de Construcción estaba interesada en sacar una Ley Nacional de Viviendas para poder paliar los embates restrictivos de una industria en crisis.
 
Pero no fue hasta que un grupo de técnicos comprometidos y sacerdotes de fuertes raíces socialistas comenzaran a elaborar una propuesta concreta que el cooperativismo de vivienda tuvo lugar en el Uruguay. La polarización signaba a las poblaciones más intelectuales y vulnerables del país por aquella época, la necesidad de un modelo que pudiera contemplar a las y los trabajadores fue un imperativo para intelectuales y técnicos como Juan José Sarachu o Juan Pablo Terra.
 
Fue así como al contemplar y vivenciar experiencias vinculadas a la vivienda en otros países como Bolivia, Venezuela o Suecia que tanto Terra, Sarachu como otros técnicos del CCU, pudieron encontrar una solución práctica, pero compleja: la creación de comunidades que pudieran trabajar para la concreción de viviendas. Tras la promulgación de la Ley Nacional de Vivienda, ley n.º 13728, las primeras cooperativas tuvieron acceso a financiamiento a través del Instituto Nacional de Viviendas y el Banco Interamericano de Desarrollo.
 
De a poco, se formó el Cooperativismo de Vivienda por Ayuda Mutua (CVAM) y se impulsaron tres cooperativas de vivienda como fueron las de Isla Mala, forjada por trabajadores del tambo, Municipales 1 de Fray Bentos y Cooperativa Salteña de Vivienda por Ayuda Mutua (COSVAM). Todas ellas estaban fuertemente vinculadas al cristianismo y a sacerdotes que encontraron, en la ayuda mutua, un nuevo sentido de comunidad: el cooperativismo.