Silvana Díaz siempre fue de San José. La primera localidad maragata que habitó fue un balneario cercano a la capital departamental de San José: Boca de Cufré. Hasta que consiguió su primer trabajo, a los 22 años, en una estancia turística ubicada sobre el kilómetro 90 de la Ruta 1. Allí estuvo radicada hasta que, seis años después, se muda a la capital del departamento: San José de Mayo.
Un año antes había comenzado a formar parte de una cooperativa de vivienda por ayuda mutua. Radicada en la capital departamental, se unió a un conjunto de cooperativistas que, en 1999, denominaron al proyecto colectivo como Cooperativa de Viviendas Maragatas (COVIMAR). Tras un proceso de construcción, que conllevó dos años, Silvana habita ese espacio casi dos décadas de su vida.
En la actualidad, es periodista y locutora de radio FM EL LUGAR 99.1 emisora de la ciudad. Su hija, Sofía Isabela Diaz, cumplirá tres años en abril. “La familia somos ella y yo. Y mis animales. Eso sí: hace 17 años que vivimos en la vivienda de acá”, relata Silvana mientras señala las paredes de su casa: la también maragata cooperativa de FUCVAM. “Mi hija vivió toda su vida acá”, concluye nuevamente.
Se enteró de la existencia de la Federación tras decidir conformar la cooperativa. Tras establecer como habito casi diario mantener reuniones, fue elegida por sus compañeras y compañeros como delegada. Sus primeros pasos fueron en la Comisión Fomento, que en ese período se llamaba Comisión de Desarrollo Social. Luego su interés militante comenzó a trasladarse al nivel regional.
“Al principio me empezó a llamar la atención y, bueno, comencé a concurrir, porque noté que nos enriquecíamos muchísimo, con información con la que compartir a tus compañeros de distintas cooperativas y que tienen distintas realidades. No es lo mismo Montevideo que el Interior, eso, lo remarco”, define Silvana como sus motivaciones.
Para ella, las problemáticas que se desarrollan en las cooperativas construidas en Montevideo suelen también enriquecer las experiencias de las del interior. Su principal impulso: seguir aprendiendo para volver con ese conocimiento “a nuestro departamento: San José”.
Hace 17 años que la habita COVIMAR. Esta cooperativa comenzó su obra en 2006. Su entrada como dirigente fue en 2008, y cuatro años más tarde, en 2012, se presentó a las regionales. Y durante todo ese recorrido vivió momentos en los que la participación de las mujeres era escasa “incluso en obra”.
“En mi cooperativa en obra, arrancamos entre 2005 y 2006 a formarnos y del 2006 a 2008, estuvimos en obra. La mayoría de los que trabajaban eran hombres”, observa la dirigente maragata sobre COVIMAR.
En la actualidad, según Silvana, la participación de mujeres es cada vez más recurrente. “Normalmente, siempre te enviaban a todas las Asambleas, pero, para todo lo demás, eran compañeros, hombres. La realidad es que hoy somos más mujeres y la participación de la mujer al día de hoy está en todo, hasta en obra”, cuenta la maragata.
¿Qué te motivó a tomar la responsabilidad dentro de la Dirección Nacional?
Lo mismo que me motivó a seguir y continuar yendo a FUCVAM: los plenarios y el absorber conocimiento para poder trasladarlo a los compañeros y a las compañeras de acá, el departamento.
El intercambio con las cooperativas vecinas, también. Porque después me tocó la regional y comencé a ir mucho hacia Flores y Colonia.
¿Qué pensás de que actualmente haya siete mujeres dentro de la Dirección Nacional?
Es una fuerza importante. Es un gran cambio.
¿Cuándo empezaste percibir “ese cambio” dentro de la Dirección Nacional?
Capaz que del 2016 en adelante que se fueron incorporando más compañeras. De ahí en adelante siempre hubo muchas mujeres que conformaron la Dirección Nacional.
¿Y qué destacarías de tus compañeras de militancia, en general, dentro de las cooperativas y dentro de la Dirección?
En general hay compañeras que te siguen, pero en cosas puntuales. Después no hay alguien que esté al lado para seguir el camino. Por el momento no se ha encontrado.
Y de tus compañeras dentro de la Dirección Nacional, ¿qué destacarías de tus compañeras?
El apoyo. El apoyo que tenemos entre una y otra. Ocurre lo mismo con los compañeros. Me dirijo a cada quien para la tarea, si es con Tesorería, con Tesorería, si es con el Presidente es con el Presidente, si es con Secretaría es con Secretaría. En las distintas gestiones el apoyo siempre fue distinto, pero estuvo. Si necesite a alguien para resolver algo, lo encontré.
¿Y qué le dirías para motivar a otra mujer cooperativista para participar?
Es difícil. Le diría que se tiene que hacer el tiempo para regalarlo a los demás, a veces es dejar de lado estar un rato con tu familia, en tu casa. Porque algún otro socio, algún otro cooperativista, está necesitando tu ayuda. Que el hecho de que vos llegues con algo de información para esa persona que no entiende es de gran ayuda. Eso es algo que a veces hay que hacérselo saber a los cooperativistas. A veces no entienden.
Lo que le respondo es: vengo, no me pagan nada, regalo mi tiempo, mi experiencia, para que ustedes puedan seguir adelante y que ustedes puedan lograr lo que logré: una vivienda. Ojalá esas personas me puedan acompañar en algún momento y seguir en el mismo camino. Que valoren, en el sentido de que puedan llegar a su vivienda por el camino que estamos haciendo. Y que el tiempo de uno valga su vivienda.
En esto que tú mencionabas sobre los tiempos, a vos ¿te resultó como un desafío encontrar un equilibrio entre tu vida personal y tu vida militante? ¿Lo encontraste en tu camino?
Quizás, como todo, mientras que no estuvimos en obra, se militaba mucho más. Después tuvimos el tiempo de obra, que quizás ahí me habré perdido un poco, no recuerdo bien. Y cuando salimos de obra dediqué gran parte de mi tiempo libre a recorrer cooperativas. Al día de hoy, quizás lo tengo más limitado el tiempo.
Trato de optimizar todo lo más posible, porque al día de hoy, está mi hija, y ya saben que si no puedo asistir con mi hija, no voy a asistir.
A veces, la llevo. Ella anda por ahí, porque ya está totalmente socializada. Ya sabe lo que es esto. Cuando hacemos las reuniones, ella anda por ahí, jugando.
Tampoco dejo tirado a nadie, si por equis motivo no puedo asistir, le buscamos la vuelta, por Zoom o por videollamada.
Las cooperativas normalmente están todas sobre Ruta 1, entonces, si antes no me importaba salir con la lluvia, ahora sí.
¿Cómo te definirías como militante?
Constante y perseverante. Es lo que les digo a las personas cooperativistas. El que quiere su vivienda tiene que tener tres palabritas bien claras o presentes: la constancia, la perseverancia y la paciencia. Paciencia, especialmente, en la parte social y de convivencia. La sociedad está muy compleja y la convivencia está resultando difícil.
¿Qué es para vos el 8M?
Es una gran fuerza que estamos adquiriendo para llegar a nuestros lugares. Para ocupar más espacio. Más puestos de trabajo, más espacio, para que se nos equiparen los sueldos. Tenemos las mismas capacidades. O más todavía.