¿LAS COOPERATIVAS SON UN AGENTE DE GENTRIFICACIÓN?
Investigadora francesa asegura que FUCVAM tiene la capacidad de transformar dinámicas del mercado inmobiliario
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Gentileza de la autora

Tras investigar durante cinco meses a una cooperativa de FUCVAM, la investigadora y socióloga del País Vasco francés, Louise Bofilis asegura que la Federación tiene la “capacidad de transformar dinámicas de mercado”.

Louise Bofilis se formó como socióloga con una visión comprensiva del hábitat y fue así como, pese a estar radicada en un pequeño pueblo del País Vasco francés, se enteró de la existencia del cooperativismo de vivienda por ayuda mutua. Al obtener su título de grado en Letras y Ciencias Políticas en la Universidad de Poitiers en agosto de 2022, decide estudiar a FUCVAM para poder analizar las posibilidades de fomentar esta forma de habitar la tierra en su propio país. 

Pero los encantos políticos de Uruguay, según dice, la seguridad, la potencia política de este país latinoamericano la llevaron a estudiar una de las cooperativas ubicada en los barrios céntricos y de una fuerte identidad afro: Palermo. Al mudarse a Uruguay, se da cuenta de que se había mudado justo al frente de COVIREUS, la cooperativa que finalmente analizó para su titulación de posgrado, por tratarse de un proyecto céntrico que defiende no solo el acceso a la vivienda, sino también el derecho a permanecer.

Tras presentar en el salón comunal de COVIREUS parte del trabajo, la autora de “COVIREUS AL SUR: El impacto socio-espacial de una cooperativa de vivienda sobre su barrio, puesta en perspectiva con el derecho a la ciudad del marxista Henri Lefebvre", analizó los impactos localizados de las políticas públicas y el peso de la Federación dentro de las mismas para la Universidad de Saint-Etienne de Francia. 

En un principio, Bofilis tenía la intención de analizar “políticas urbanas alternativas” y el modelo de FUCVAM. Analizando así elementos que tienen lugar tanto en la cooperativa como en el barrio a lo largo de su historia. De esta manera, analizó a COVIREUS como un posible agente de “gentrificación” o de “renovación urbana” dentro de Palermo.

“El primer punto de partida es cómo las cooperativas pueden afrontar la gentrificación en los barrios, y analicé varios casos de cooperativas de FUCVAM que estuviesen radicadas en el centro de la ciudad”, explicó la investigadora para luego asegurar que a este punto se le sumó “el funcionamiento colectivo de la cooperativa y el desarrollo de la comunidad a lo largo de su historia”. 

Al llegar en febrero, comenzó con lecturas sobre la historia de la Federación y reuniones con la Dirección Nacional. En marzo comenzó las visitas a varias cooperativas. Y durante ese proceso, su interés se volcó al caso de COVIREUS. En abril, mayo y junio, realizó entrevistas con autoridades de la Intendencia de Montevideo, y algunas referencias dentro de la Universidad de la República, mientras realizaba talleres con el colectivo de cooperativistas de COVIREUS. 

Al usar a Henri Lefebvre como regencia teórica, Bofilis analizó a la cooperativa por dentro y fuera, tanto a través de las políticas nacionales y locales, que desarrollan la urbanidad, así como las prácticas cotidianas que los y las cooperativistas desarrollan al habitar sus espacios. 

“Los gobiernos locales utilizan a las cooperativas como herramienta de renovación urbana, y esto es algo muy identificable en los actores públicos. Pero una se debe de preguntar si esto ocurre en el centro de la ciudad, porque esa lógica es más de la periferia. En el centro los servicios ya están, en Palermo esto no ocurre, pero en Ciudad Vieja sí es notoria la rehabilitación del espacio que representan las cooperativas”, resumió Bofilis. 

COVIREUS AL SUR

La investigadora vascofrancesa tomó el caso de COVIREUS. Y analizó la vida colectiva de la cooperativa, tanto en su etapa de formación, obra y habitada. En este caso, Bofilis observó que si bien las cooperativas de FUCVAM se forman “tradicionalmente por necesidades de vivienda, la particularidad de COVIREUS es que nace del incentivo de la Federación y de las autoridades públicas”. 

COVIREUS nació en 1997 tomando el espacio de un sitio histórico de Palermo, el conventillo Medio Mundo, diseñado por el arquitecto Emilio Reus. Ese edificio, en el que vivían cientos de personas, en su mayoría afrodescendientes, fue desalojado por las autoridades dictatoriales en 1979, por supuestos problemas de derrumbe. Las personas que vivían allí terminaron en la periferia y el edificio quedó abandonado.

Cuando un proyecto privado de crear un Shopping en el espacio fue presentado ante la Intendencia de Montevideo, fue el propio Mariano Arana quien decidió recuperar el espacio con una cooperativa.

“La cooperativa se formó en un espacio histórico para Palermo y alojaba a personas con una rica vida colectiva”, afirmó Bofilis para luego remarcar que la apropiación de este espacio fue con “la matriz típica de las cooperativas de la Federación: trabajadores organizados del gas, metalúrgicos y maestros”.

“Si bien las autoridades tenían en mente rehabilitar el espacio y decidieron concederle el terreno a una cooperativa y no a un shopping. En paralelo al proceso, se habilitaron unos 40 proyectos de vivienda promovida, una fuerte voluntad de invertir en el barrio, pero sin mayores dimensiones sociales. La cooperativa permitió mejorar el entorno, pero también hubo procesos de expulsión y un aumento en los precios, tanto dentro como fuera de COVIREUS”, resumió Bofilis. 

LA RELACIÓN DE COVIREUS CON EL BARRIO

Al realizar varios talleres con los y las cooperativistas, la investigadora francesa pudo dar cuenta que la vivencia de COVIREUS estaba atravesada por la centralidad urbana: “el espacio es algo muy valorizado, cerca de la rambla, con servicios, locomoción y, además, un barrio de gran identidad cultural”. 

Cuando las personas desalojadas retornaron, según la investigadora, “sintieron que tuvieron que pagar de nuevo por su vivienda”. Al mismo tiempo, indicó que se desarrollaron dos retóricas: “la de acceder a la vivienda y la de pertenecer a la historia del barrio”, que generó un “conflicto” entre dos grupos sociales “con la misma necesidad de vivienda”. 

“Esas tensiones se trataron de una transformación urbana que ya estaba construida y tenía una carga afectiva y una identidad, cosas que no ocurren en otras cooperativas por encontrarse en la periferia”, sostuvo Bofilis. 

En estas tensiones, la investigadora encontró una especie de “mirada clasista” en la que los integrantes fundacionales viven una “idea de gentrificación interna” y ven a las nuevas incorporaciones de la cooperativa como personas que “no son obreros”. 

Al mismo tiempo, advierte que si aumentan los precios en los sitios comerciales del barrio, algo que los y las cooperativistas identifican, tanto en los precios como en la sustitución de los almacenes por los supermercados “se ve un aspecto de gentrificación”. Si bien, aclara, que “no hay una radicalidad en las inversiones privadas”, los proyectos promovidas no respetan “las construcciones patrimoniales del barrio y se pueden visualizar edificios”. 

En definitiva, la investigadora sostuvo que “COVIREUS” se presenta como “una comunidad cerrada en el barrio” y que el salón comunal puede ser utilizado para fomentar el vínculo y actividades en el mismo.

Aunque sobre este punto, Bofilis aseguró que los “procesos de exclusión” son un problema de las políticas urbanas que desarrollan los gobiernos locales y departamentales. 

En este sentido, aseguró que el rol de FUCVAM es central por dos razones. “La Federación, como tal, alberga a mucha población y con su papel de presión política tiene la capacidad de transformar dinámicas de mercado. Al mismo tiempo, además de articular con el derecho a tener una vivienda digna, defiende el derecho a permanecer en el espacio, como es en el caso de las cooperativas de UFAMA”, concluyó Louise.