INJUSTICIA TARIFARIA
Gonzalo Castelgrande: “hay grandes consumidores energéticos que pese a que consumen más, pagan menos que las cooperativas de vivienda”
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Foto: Equipo Comunicación de FUCVAM

Bajo el nombramiento de “Grandes Consumidores” unos 451 proyectos empresariales de gran porte aportan un 0.03 % para UTE, y consumen el 25% de su capacidad, mientras que las casas, los hogares y los usuarios populares del país, según Castelgrande, representan el 50% de los ingresos de UTE y consumen el 40% de su capacidad.

Desde 1997 la empresa estatal de Usinas y Transmisiones Eléctricas (UTE) perdió el monopolio de la generación de energía en Uruguay. Según el presidente de la Agrupación de Funcionarios de Usinas y Transmisiones Eléctricas (AUTE), Gonzalo Castelgrande, en 2003 la generación de energía estaba tan por debajo de la demanda que se generaban apagones coordinados. “En 2005 estábamos casi al borde del apagón por falta de energía”, resume el presidente de AUTE. 

Es así como al comenzar el cambio de gobierno, junto a un proceso de diversificación de energías renovables, el Frente Amplio, UTE encontró un camino para volver a proporcionar energía a la población uruguaya: la generación de energía con fuentes renovables. 

Hoy el país, según el portal oficial de Presidencia de la República, tiene un 91 por ciento de producción de energía eléctrica a partir de fuentes renovables. Pero, según indica Castelgrande, la producción está en manos de privados. Según varios informes que han elaborado las y los trabajadores organizados, el control del sector privado del total de las nuevas fuentes generadoras, tanto eólica, como fotovoltaica, o biomasa, asciende al 81.1 por ciento de la capacidad instalada. 

El resto de la propiedad es estatal, ese 19.1 por ciento, con varios parques eólicos de la empresa son compartidos con privados, y algunas empresas operativas. Es muy difícil de determinar los porcentajes con exactitud. Las inversiones conllevaron una serie de exoneraciones. Pero la población está abastecida, aunque el sindicato señale que existe una “pérdida de soberanía” por parte de la empresa, que actualmente conserva el monopolio de la transmisión de energía eléctrica. 

Al mismo tiempo, el sindicato señala que el proceso de privatizaciones de la generación eléctrica y la consecuente pérdida de infraestructura de UTE ha estado direccionada a beneficiar a grandes capitales, no solo en la producción, sino en el consumo energético. 

Bajo el nombramiento de “Grandes Consumidores” unos 451 proyectos empresariales, inmobiliarios aportan un 0.03 por ciento para UTE, mientras que consumen el 25 por ciento de su capacidad y ocupan el 30 por ciento de la demanda de energía. Las casas, los hogares y los usuarios populares del país, según Castelgrande, aportan el 50 por ciento de los ingresos de UTE y consumen el 40 por ciento de su capacidad. 

Con anterioridad mencionó que UTE estaba al “borde del apagón” ¿qué condicionamientos se habían dado para que esta situación tenga lugar en 2005?

En 2005 nos encontrábamos en pleno cambio de gobierno, después de 150 años de gobernanza de los partidos tradicionales, y cuando el Frente Amplio asumió estaba esta situación. Hubo cambios en todo sentido. En lo energético, como en otras áreas como la seguridad o la educación, se armó un acuerdo entre todos los partidos. 

Así es como en 2008, se inició un cambio hacia la transición de la matriz energética con fuentes amigables con el medio ambiente y que pudiera ser abundante porque en ese momento escaseaba. El acuerdo multipartidario se basó en tres cosas, de las cuales dos no se cumplieron. En primer lugar, el país logró posicionarse en el mundo por la vanguardia amigable con el medio ambiente, pero el resto de los puntos no se cumplió. No hubo un beneficio directo para la población y por otro, la UTE perdió monopolio y con ello, el país perdió soberanía. 

¿Por qué le parece que el Uruguay perdió soberanía?

El protagonismo de ese cambio lo tuvieron los grandes capitales privados. Inversiones de esas características necesitan de capitales multinacionales y la gran mayoría de estas grandes empresas son extranjeras. El Estado terminó siendo garante de estas inversiones. Ofreciendo exoneraciones fiscales a través de la Comisión de Aplicación de la Ley de Inversiones (COMAP), el Estado pidió préstamos en nombre de los capitales privados, no nos olvidemos que por políticas macroeconómicas Uruguay está bien posicionado internacionalmente, y porque, además, se realizaron contratos completamente con las empresas generadoras de energía con 20 años de duración. 

Se les paga en dólares y el precio de energía está fija. O sea, que durante 20 años nos comprometimos a comprar determinada cantidad de energía sin importar cuánto de esta energía verdaderamente usemos. Es como si fuera una empresa de zapatos, vos invertís con exoneraciones y, además, ya tienes asegurado que la cantidad de zapatos que produzcas se va a vender. Tenemos un marco de vulnerabilidad muy grande. Al mismo tiempo, a partir de 1997, la institucionalidad que regula al mercado energético, incluyó, con voz y voto, a los grandes generadores y grandes consumidores de energía. Entonces, son ellos mismos quienes diseñan la política que los limita. 

Entonces, ¿cuál es el porcentaje de producción de energía de los generadores de energías privados y cuál el del Estado a través de UTE?

Depende del tipo de energía y de la fuente. En la energía eólica, UTE tiene en propiedad, por ejemplo, el 11 por ciento. En biomasa, que es a partir de los desechos de la ganadería o de las pasteras, es casi en un 100 por ciento privado. 

Al día de hoy, UTE no está al borde del apagón, pero…

Sí, ya no dependemos de salir a comprar petróleo. Pero ahora se lo compramos a estos generadores privados. Y los contratos son de acá a 20 años. En 2030, UTE va a tener que empezar a invertir genuinamente para generar electricidad con energías renovables, con molinos, paneles fotovoltaicos y así abastecer su demanda. 

Actualmente, UTE, ¿qué tiene propio?

Las represas de Río Negro, las tres hidráulicas y la planta térmica. También está el parque eólico de Los Caracoles, pero las inversiones se realizaron con fideicomisos y fue algo entre público y privado. A nivel de la generación, se le compra a Salto Grande, que es una empresa binacional, y le compra a la parte argentina. 
 

Ustedes han manifestado en diversas oportunidades que también existen injusticias en el desarrollo de una política tarifaria en la que quienes pagan más son los hogares comunes, o sea, la tarifa residencial, y no tanto así en los grandes emprendimientos, ¿cuál es el estado actual de esta situación? ¿Y como esta estructura tarifaria beneficia a los grandes consumidores?

Hemos realizado diversos estudios con Comuna Cooperativa y podemos decir que sí que la estructura de la tarifa en nuestro país es muy injusta. Hay 451 grandes emprendimientos, que podrían ser barrios privados, industrias o grandes empresas agroproductivas, que consumen más y pagan menos que las cooperativas de vivienda o un trabajo cooperativo. Esto se agravó con el cambio de matriz energética.

¿De cuántos estaríamos hablando? ¿Cuál es el consumo y su aporte?

Los grandes emprendimientos representan el 0.03 por ciento de los clientes de UTE, consumen cerca de un 25 por ciento de la energía y por transmisiones demandan otro 20 por ciento. Consumen mucho y pagan poco. 

¿Y quiénes consumen poco y pagan más?

Todos, las casas de familia aportan el 50 por ciento de los ingresos de UTE y consumen un 40 por ciento de energía, que en relación con la cantidad de usuarios que son, consumen poco. El peso a una casa de familia para pagar es 10 veces más de lo que le cuesta a un empresario. El pago de la luz para una familia puede llegar a representar el 10 por ciento de sus ingresos. A un empresario, si calculamos el precio bruto de la producción, le cuesta un 0.04 por ciento de sus ingresos. Con este gobierno, además, el panorama se agravó, porque ahora los grandes generadores de energía pueden vender a los grandes consumidores, le pagan una especie de peaje a UTE por la transmisión y listo. O sea que la infraestructura de la empresa sigue siendo un peso estatal. 

En este esquema que usted realizó, ¿podríamos decir que una de las fortalezas que tiene UTE en el mercado energético es la infraestructura que le permite la transferencia de energía?

Sí, es una de sus ventajas. Ya está instalada, pero aún la está pagando. 

¿O sea que UTE perdió el monopolio de la generación de energía pero no la comercialización?

Sí, exactamente. La comercialización y la transmisión sigue en manos de UTE. Además, UTE está obligada a garantizar si o sí energía a los hogares. La empresa estatal carga con ese costo. 

Pero en caso de que un gran consumidor o un gran generador de energía quieran comprar o vender energía, ¿es UTE quien propicia la infraestructura?

Sí, UTE cobra un peaje. Como si fuera una ruta, que es un ingreso irrisorio. La energía les sale barata, porque el estado les cobra barato, la energía la carga la UTE y lo único que hacen es llevarse plata. Van, por un lado, del mostrador y te piden energía más barata, Después te piden que cumplas con el contrato y tienes que pagar si o sí energía que no consumiste. El negocio es redondo, por juicio redondo. Y el problema es complicado.