Como de Salud Mental se habla poco, y las comunidades de las cooperativas de vivienda por ayuda mutua, son apenas una pequeña porción de la sociedad y sus problemáticas son iguales de profundas y complejas que las del resto, el proceso se encuentra en una etapa diagnóstica, de promoción y concientización acerca de su importancia.
“Fuimos convocadas a un llamado que hizo la Federación solicitando psicólogos del movimiento para trabajar de forma honoraria con el fin de atender y pensar en un proyecto de salud mental”, contextualizó Mónica Ramírez, psicóloga de ITACUMBÚ, una de las integrantes del proyecto, para luego explayarse junto a Tatiana Muniz de COVIPOSTAL ZONA 3 y Natalia Seigal de TEBELPA 3, sobre las complejidades del diseño de un proyecto de salud mental para las cooperativas de vivienda.
Las integrantes de la primera Comisión de Salud Mental, sostuvieron que al anotarse aceptaron el desafío de pensar en estrategias comunitarias y en qué temas podrían afectar a todas las cooperativas en general. Esto era algo que ya venían planteando las cooperativas. Este llamado les pareció una oportunidad para comenzar a trabajar en ese proceso.
La idea sería conformar un espacio donde las demandas estén centralizadas y además “se pueda universalizar el acceso”, informó Seigal.
“Siempre fue una inquietud, por lo menos a nivel individual, querer trabajar algunos temas al menos dentro de tu cooperativa. En este aspecto, siempre me sentí un poco sola”, explicó por su parte Seigal.
Al establecer el bienestar de la vida cooperativa como el principal objetivo de la Comisión de Salud Mental, lo comunitario aparece como forma de pensar algunas problemáticas que puedan aparecer en esta etapa diagnostica, de la que depende la participación de las cooperativas.
“Nosotros atendemos a quienes se vayan agendando todos los jueves de 19 a 20 horas, a medida que las cooperativas se vayan presentando, y que deseen plantear qué problemas deben atenderse en sus comunidades, podremos luego comenzar concientización y promoción, así como talleres en las cooperativas”, detalló Ramírez.
Por su parte, Muniz sostuvo que lo comunitario es algo medular en la concepción de las cooperativas, además podría aportar algo a “lo que sé está viviendo” a nivel social.
“Se nota que hay una carencia de ese sentido comunitario y la salud mental puede fortalecer este vínculo entre las personas con información, aportar desde ese lado social, puede significar que la gente sea un poco más consciente de algunas problemáticas, aportar su granito de arena e ir apoyándonos entre todos”, desarrolló Muniz.
La agenda posible: autoeliminación en adolescencias y pérdida de presencialidad
Tras ser convocadas por FUCVAM, lanzar el proyecto, se planteó que en algún futuro podría formarse una cooperativa para gestionar todas las problemáticas que las personas que integran la Comisión de Salud Mental, hayan podido detectar tras conversar con las cooperativas.
“Nosotros definimos tres etapas en consecución del proyecto: una primera etapa que es presentarnos al movimiento, para que las cooperativas puedan hacernos sus demandas y aportes, y así enriquezcan el proyecto, después sería pensar en la prevención de esos problemas y abordar el concepto de salud mental en cada una de las cooperativas. Nosotros estamos abiertos, como dijimos conversando en equipo, a que se forme el dispositivo que sea necesario”, sostuvo Ramírez.
Por el momento, el proceso se encuentra en pleno sondeo y la segunda etapa del proyecto, que es abordar “la sensibilización del tema de la salud mental” y poder recoger una devolución por parte de las cooperativas.
Si bien ya en instancias informales algunos cooperativistas han manifestado problemas vinculados a la población de “adultos mayores como problemas de depresión y autointentos de eliminación de adolescentes, tales como violencia, no solamente violencia de género, como violencia en general”, enumeró Ramírez.
Como establece, por su parte, Seigal también existen problemáticas que ya podrían comenzar a aplicarse porque hubo planteos a FUCVAM y, en ese momento, la Federación no contaba con un equipo como para “poder orientar” y la idea de presentar el proyecto “es poder atender demandas para las cuales la Federación no estaba preparada”.
Al mismo tiempo, Muniz agregó que en cada cooperativa irán surgiendo problemáticas compartidas con otras, pero cada una con particularidades, la Comisión de Salud Mental tiene como fin, concretamente, “centralizar todas esas demandas”.
“Esto es algo común entre la gente, cuando hablás en una charla común con otros, se puede observar una falta de atención en la sociedad, se quejan sobre las esperas en salud pública, pero eso es un tema que, si lo pones hablar con cualquiera, siempre sale”, intervino por su parte la psicóloga de ZONA 3.
La idea es que, poco a poco, las cooperativas vayan dialogando sobre la importancia en salud mental y que el abordaje de las problemáticas individuales pueda abordarse en forma comunitaria.
“La idea es integrar a las cooperativas, porque después de obtener las casas capaces que cada uno se encerró, y hay cosas de ser cooperativista que es contar con ese apoyo comunitario también, o al menos ese tener información sobre la situación de todas las personas que forman parte de la cooperativa”, sostuvo Seigal quien coincide finalmente con Muniz.
La misma, quien también al pensar en su propia cooperativa, sostiene que “la sociedad hoy está más individualista, cada uno pelea por su cuadro, y se han reducido las actividades recreativas, los espacios para las infancias, los espacios para los adolescentes, las actividades de verano, la biblioteca aún funciona, pero la policlínica ya no, antes, había más integración. Hay que retomar la actividad comunitaria.