LOS TIEMPOS DE LA OBRA
Mujeres y disidencias de cooperativas en construcción por ayuda mutua, COOVILSUR
resolucion
Verónica, 44 años

Radicadas en la periferia, con dos trabajos e infancias a cargo, las mujeres de COOVILSUR, construyen casas para familias en el centro de la ciudad. 

 

COOVILSUR será un edificio de siete pisos para 49 familias. Hay varios núcleos monoparentales. Hace 12 años que está conformada, el terreno ubicado en Ciudad Vieja. En enero de 2023, accedieron al préstamo. Se estima que la obra terminará en 2025. 

Uno de los principales desafíos que afrontaron las mujeres y restantes integrantes de la cooperativa, fue la de adquirir los conocimientos de la construcción, la de organizar a tantas familias y gestionar los diferentes trámites en la Agencia Nacional de Vivienda. La convivencia fue otro de los desafíos. La obra fue otro, en especial, por construirse en una zona patrimonial de la ciudad. Los núcleos familiares le dedican 21 horas semanales.

Los procesos van mejorando: las personas tienen diferentes costumbres pero la convivencia está ensamblándose. Según varias de sus integrantes, las mujeres hacen todo al igual que los hombres. También se distribuyen de manera igualitaria “las sereñadas” que son los turnos de custodia del terreno mientras la obra está vacía. 

Varias tienen hijos, algunas tienen dos trabajos y el tiempo de demanda de la obra se tiene que cumplir. Ya pasó un año y quedan dos. Pero, según dicen, la motivación de dejar un lugar donde puedan vivir sus hijos ya es lo suficientemente gratificante como para continuar construyendo. 

 

“Para mí es una solución habitacional y es la única forma que puedo acceder a una casa propia. Tengo uno de 8 y otro de 23 y tengo que organizarme. Hay compañeras que tienen hijos muy pequeños y se les complica para construir. Estar en el centro, siendo del interior es un cambio cultural, la vida es más movida, con más acceso a servicios, es diferente”.

“Tengo dos trabajos de medio tiempo y este que es otro trabajo, más el tiempo de traslado, es que tengo ocho horas en un lugar fijo. Queda todo este año, ya paso uno. Estás cansada, pero estás viendo los avances, pero sabes que es bueno y seguís”. 

Fernanda, 47 años, Colón 

“La vida se va transformando en un rompecabezas con los tiempos de la obra, el trabajo, el cuidado de los hijos y las horas de la sereñada. Pero es solo por un tiempo y nos enfocamos en eso”. 

Andrea, 37 años, Ciudad Vieja

 

 

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