Para que Marcelo Pérez Sánchez tomara a los barrios privados como objeto de estudio y realizara una exhaustiva cartografía sobre su existencia en su tesis doctoral “La producción de los barrios privados en Uruguay”, fue necesario que el interés por la segregación territorial se enraizara durante su etapa estudiantil y se desarrollara en durante su carrera como profesional. Los cantegriles o “segregación padecida”, como le llama el actual doctor en Estudios Urbanos y magister en Estudios contemporáneos de América Latina tras descubrir la diferencia clasista entre la segregación, fueron el objeto de estudio de varios proyectos que integró.
Durante su desarrollo como profesional de las Ciencias políticas, Pérez Sánchez, se interesó por temas vinculados “al hábitat y la vivienda”. Luego, en 2008, conformando parte del equipo docente del Programa Integral Metropolitano, central de la Universidad de la República (Udelar), cuyo objetivo es el desarrollo de las funciones universitarias en la región nordeste de la región metropolitana. Ese contexto fue decisivo para que un día, en 2011, estuviera recorriendo en el Municipio Nicolich “Ciudad Liber Seregni” con el objetivo de mapear actores y problemas de los sectores populares que vivían allí, y se encontrara con un predio cercado por la exclusividad. Ese primer barrio privado lo llevó a conformar un proyecto interdisciplinario de investigación denominado “Territorio Controlado”, donde intentó contestar la siguiente pregunta: “¿cómo conviven sectores populares con sectores que viven con tanto despojo y opulencia sin que haya conflicto?”.
La pregunta continuó, multiplicando cuestiones y trabajos. En 2021, en su artículo “Ciudades burbujas: el fenómeno de los barrios privados” para el libro “Los de Arriba”, junto a Juan Pedro Ravela, obtuvo un dato que puso el tema, y su nombre, en agenda: los barrios privados ocupan casi el doble de la superficie que todos los asentamientos del país. O, en resumidas cuentas, en las mismas hectáreas donde viven 10 mil personas, en circunstancias marginalmente padecidas viven 200 mil. Lo mismo sucedió con su tesis de maestría donde comparó la privatización de los barrios y la resistencia popular en Chile y Uruguay. Hoy, la ciudad cerrada y sus vínculos estatales fueron plasmadas por Pérez Sánchez pese a que las limitaciones teóricas, empíricas y metodológicas configurasen para el doctor “un objeto complejo y opaco” que lamentablemente, ha “recibido poca atención”.
¿Por qué comenzó a interesase por la autosegregación en 2011, sus cuestionamientos se enfocaban en por qué podían convivir los barrios privados y los sectores populares?
Porque espacialmente no se expresaban conflictos. Cuando levantan un muro en una villa argentina los habitantes tiran el muro abajo. Hay movilizaciones, incluso con violencia física. Son expresiones que expresan que a algunos sectores de la sociedad no les da lo mismo la desigualdad. En el caso particular los barrios privados que se ubican sobre la Colonia Nicolich esto no pasaba. Eso me llevó a comparar para mi tesis de maestría, que era para Estudios Latinoamericanos. Intenté comparar la situación en la región metropolitana de Santiago de Chile y Uruguay. En ese caso, me interesé por estudiar cómo conviven los expulsados y los que se autosegregan. Principalmente, por qué no había conflicto y ahí salieron algunas respuestas de cómo se daba el vínculo entre el asentamiento y las personas que habitan los barrios privados.
En la introducción de tu tesis doctoral, señalas, sin embargo, que no pueden compararse la realidad de dos países por las limitaciones teóricas y metodológicas del objeto…
Es que los objetos de estudio entre ambas tesis son distintos. En una estudié como se relacionaban los sectores populares con barrios los privados y en el doctorado me interesó ahondar en la promoción inmobiliaria que produce los barrios privados. O sea, cuáles son los actores que producen barrios privados. Ahí sí hay una vacancia, en términos académicos, en donde no hay estudios o hay pocos a nivel general. En Uruguay, si bien hay estudios de promoción inmobiliaria, desarrollado por empresas para empresarios, y algunos incipientes que estudian la vivienda promovida, no hay estudios sobre las formas de vivienda premium o barrios privados. A mí lo que me interesaba identificar a las empresas o empresarios que en conjunto con el Estado producen los barrios privados. Sobre eso hay una serie de limitaciones, pero son cosas distintas. En la maestría aborde al barrio privado desde la convivencia espacial que no es una convivencia comunitaria. Es decir, al barrio privado desde su “vecindad”.
¿Hubo limitaciones teóricas en ambos casos?
Casi nadie, salvo algún artículo como el de María José Álvarez o alguna que otra tesis posgrado de la Facultad de Arquitectura y grado de Facultad de Ciencias Sociales. Pero eran sobre casos particulares o una zona y no dimensionaban la realidad del país. Lo que ocurrió durante la confección de la tesis de maestría fue que los barrios privados no estaban alertados y pude mapear a algunos actores sin problemas. De hecho, en aquel momento, en Uruguay no se hablaba de los barrios privados. Los mismos proyectos inmobiliarios no se presentaban así porque estaban mal vistos usaban el nombre comercial con el que se vendían: Lomas de Carrasco, Carmel o como sea. Afirmaban que eran un edificio acostado como forma de presentarse y una forma de copropiedad. En el caso de Chile ocurría lo contario, tenía un avance notoriamente más brutal y con un esquema neoliberal a ultranza, menos gradual y más de shock. Los barrios privados en ese país si estaban estudiados y por tanto era más difícil acceder a entrevistas. Había un resguardo mayor.
En tu tesis doctoral señalaste que te enfrentaste a varias limitaciones documentales, como el registro oficial de barrios privados o el acceso en la Dirección de Catastro sobre las propiedades horizontales, tampoco encontraste nóminas de agentes inmobiliarios.
Sí, la UPH (Urbanización en Propiedad Horizontal) es algo que se integró en la Ley de Urgente Consideración de Jorge Batlle en 2001, que crea las figuraciones que suelen usar los barrios privados. Pero no es la única. Aunque es la que le da más sentido jurídico y facilita el negocio. Desde el 2001 al 2020, no se registró de manera diferencial ni las propiedades rurales, ni las propiedades comunes, ni las horizontales. Que hay varias formas de propiedad horizontal entre ellas las cooperativas, pero no se segmentaba. Ni había subcategorías del dato.
Sin embargo, pudiste surtirte de datos para identificar a los barrios privados ¿realizaste pedidos de acceso?
No, hice tablas de datos con datos que fui obteniendo. Indagué y triangulé información, como se dice en las investigaciones, con material que extraje de aprobaciones de barrios privados en Intendencias y Juntas Departamentales. También de publicidades que promovían al bario privado y chequé con trabajo de campo si correspondían las características del lugar con las del objeto. También recogí datos de la Dirección Nacional de Medio Ambiente que en muchos casos evalúan el impacto en los ecosistemas de los proyectos. Fue así como fui armando una base que me sirvió para que en 2019 pudiera intercambiar con algunos funcionarios de la Dirección Nacional de Ordenamiento Territorial algunas figuritas.
Para avanzar con la investigación con todas las limitaciones empíricas que mencionas realizas una definición operativa de lo que son los barrios privados ¿cuál es esta definición?
Definir que para ser un bario privado debe tener más de una hectárea, tiene que estar caracterizado por un cierre y un control y que establece un adentro y un afuera. Después de acuerdo con las amenities y a las formas es que se pueden desarrollar diferentes tipologías que ahí desarrollo cinco: barrios privados perse, countries o clubes de campo, barrios semiprivados, chacras cerradas y urbanizaciones polderizadas que los saco a la biografía y a lo adapto a lo que hay en nuestro país. Si estuviera en Argentina tendría que agregar ciudades y pueblos privados que es un poco lo que quieren hacer con Mas Colonia, en frente a Buenos Aires.
Durante el esbozo del marco teórico con el que abordas la tesis doctoral sobre la producción de barrios privados en Uruguay, enfocas desde la “neoliberalización de la ciudad” y algunos términos teóricos como el de “la autosegregación” a los barrios privados como un “objeto complejo y opaco” ¿a qué te referís con esto último?
Abordar los barrios privados cuando es un tema que no está saldado ni en la Academia, ni te lleva a tener que abordar un fenómeno como es la creación de urbanizaciones cerradas que establecen un adentro y un afuera cercado, controlado y que tiene determinados servicios. Esto conlleva un montón de discusiones, la más fundamental es si se quiere continuar con los efectos sociales de la auto segregación. Sus efectos son varios desde la ruptura de la homogeneidad de las urbanizaciones. Lo de adentro y lo de afuera, es una relación que se construye en los barrios privados como una alteridad construida desde el miedo o la diferencia. Es un cercenamiento a la ciudad abierta o a la de habitar espacios públicos. Nosotros dependemos del Estado, por ejemplo, para contar con servicios públicos como la recolección. La aparición de los barrios privados, poco estudiados, tiene muchas dimensiones en términos políticos. También implica un cambio en los usos del suelo. Otra dimensión, tiene que ver con aspectos económicos como es la rentabilidad del negocio. Hoy en día los barrios privados tienen opciones distintas a las de las personas que viven con los servicios públicos, cuentan con sus propios servicios o “amenities”- comodidades por su traducción al español- como son las canchas de golf los lagos artificiales, los viñedos o la existencia de barrios privados temáticos como son los barrios de viñedos en Mendoza, o los barrios que tienen muelles como los de San José. El objeto tiene muchas dimensiones, pero los estudios se han centrado en qué causan los barrios privados y que son consecuencias. En mi caso intente tomar en cuenta estas dimensiones enfocándome en los actores que producen los barrios, o sea en la producción de la ciudad cerrada. Con un abordaje vinculado a la economía política.
También tu análisis aborda el vínculo de la producción privada con el Estado…
Sí. La convergencia de las estrategias privadas con las públicas. El objeto ahí se me hizo más dificultoso ya que los barrios al contar con múltiples dimensiones que han sido abordados de distintas maneras y que por el acceso a los datos la opacidad, que mencionaste antes, es parte del negocio. No tener información puede ser una forma de que a los negocios le sirva que esté todo más opaco.
Para tu tesis, entonces, no realizaste pedidos de acceso poque sabías que el Estado no producía estos datos.
Claro. Hice seguimiento de prensa y entreviste a actores clave. Busque en las cotizaciones de bolsa la nacionalidad de promotores inmobiliarios. Pude obtener, en definitiva, cuantos lotes hay en proceso, quienes son los dueños del suelo, quienes son los actores que se han asociado a l proyecto y quienes lo desarrollan. También a que otras empresas se vinculan.
Una especie de cartografía.
Sí. Hay una cosa que afirmé durante la defensa, la investigación se logró por un rol casi detectivesco que tuve que desempeñar. En especial, porque lo analicé escala país y no caso por caso.
Además de detectar que la mayoría de los promotores inmobiliarios eran argentinos también analizaste el vínculo del Estado con este tipo de urbanizaciones y afirmaste que la Intendencia de Montevideo configuraba una especie de “resistencia local”.
El caso es paradigmático. Porque si bien no hay una postura civil o una norma en el país que regule a los barrios privados, tampoco en Montevideo, desde la Intendencia se ha frenado su desarrollo, en especial, tras la confección del Plan de Ordenamiento Territorial de 1998. Una de las tipologías es la que se presenta en Montevideo con la constitución de barrios semiprivados, o barrios jardines que tienen características de los barrios privados, pero no se llaman así. Como algunos en Carrasco Norte. Montevideo ha tenido ciertos reparos en que se consagren de esta forma de urbanizaciones. Y se ha opuesto a la creación de barrios privados como tales, como el que propuso Zona América: Jacksonville.
También señalaste que otras intendencias, algunas también progresistas, no configuraron el mismo rol de resistencia local que la de Montevideo.
Sí, en Canelones, Maldonado, donde se encuentran más de la mitad de los barrios privados, Rocha, Paysandú, han tenido una postura poco defensiva de los espacios públicos. De hecho, la propia FUCVAM, uno de los movimientos sociales más importantes del Uruguay, no tuvo una postura explicita contra los barrios privados. Recién cuando se publicó el libro “Los de Arriba” los dirigentes de la Federación manifestaron su rechazo. Esto se debe a que, pese a que los barrios privados existen en el país desde 1989, no ha sido tomado en cuenta como un fenómeno a analizar. Socialmente estuvo muy invisibilizado. E incluso con la publicación del libro pasamos de una invisibilizarían del tema, como sociedad, a la naturalización del tema. Creo que esta naturalización se debe principalmente a que las discusiones quedan encorsetadas dentro de un partido político como pero no se abre a la sociedad. Hay una percepción de que los barrios privados no están mal y dentro de las mismas filas del Frente Amplio algunos dirigentes lo conciben así. En un principio los promotores inmobiliarios no se denominaban barrios privados, sino que vendían los lotes bajo nombres como, barrios jardines, lomas o chacas. En los medios hay un tratamiento naif sobe el tema. Otros afirman que la tendencia es así y que hay que aceptarla.
Pese a estas apreciaciones que realizas del proceso durante estos últimos años, citas al Carlos Real de Azúa para afirmar que la sociedad uruguaya es ciertamente “amortiguadora”.
Sí, lo parafraseo. Es verdad que Carlos Real de Azúa, como historiador y padre de la ciencia política, afirmaba que la conformación entre el Estado y la sociedad está mediada por los partidos o es una partidocracia y que esto configuraba una dinámica gradual en los procesos de cambio, por una lógica de amortiguación, eso puede servir para pensar que el proceso neoliberal en nuestro país fue más leve que en Chile y Argentina. Pero a partir de este supuesto cuestiono ¿por qué no hay conflicto sobre los barrios privados? Es evidente que hay una apropiación privada de algunas decisiones que son públicas. Si es tan evidente que al lado de una casa que vale un millón de dólares hay un cantegril. Si hay un despojo ¿Qué hace que no suceda el debate o el conflicto? Hay algo de la negociación entre los privados y los públicos que ha hecho que esto se amortigüe y eso le da un rol a como han tratado el tema en otras sociedades. Creo que no se podría entender esa amortiguación sin el progresismo.
En la campaña electoral, que lo utilizo como ejemplo en la tesis, Carolina Cosse le dice a Lacalle Pou que como presidente no iba a entender a la sociedad porque vivía en una burbuja – en referencia a que el actual presidente reside en el barrio privado La Tahona - quien salió a contestarle fue Yamandú Orsi y le respondió que bueno, en Canelones había barrios privados y que se integraban bien al esto. Un titular de prensa lo definió así: la defensa de los barrios privados por izquierda. Eso activa las lógicas de amortiguación de las que hablaba Azua. ¿Por qué se expanden los barrios privados? ¿por qué se desarrollan? Ahí hay una posible explicación.
Centras tu enfoque teórico en la neoliberalización de la ciudad ¿cuál es el objeto de la praxis?
Estudio la producción de ciudad, que, desde su nacimiento, está regida por el capitalismo. La ciudad es un invento del capitalismo. Pero hay una producción de la ciudad que se da. Hay una etapa actual de la producción de la ciudad que se da muchos autores teóricos y teóricas que se llama de neoliberalismo urbano, que implica ciertos pasajes. Uno con el funcionamiento de los mercados, la neoliberalizacion del mercado de vivienda, de suelos, que lo que uno asocia más al neoliberalismo. Cuando se desregulariza todo y se queda con la privatización de empresas, la desregularización del mercado de trabajo. Pero también sucede eso pera pensar la ciudad.
Otra cosa que sucede es un giro que es importante: el Estado que planificaba y controlaba le va dando paso a un Estado que gerencia, que está para promover las inversiones y el capital privado. Hay un giro ahí, ya no es más que el Estado resguarda lo común y en todo caso interviene en la economía y trata de accionar para que no haya la planifica la ordena, sino que cada vez plaza gerenciar y son los actores privados lo que van produciendo la ciudad y el Estado va acomodándose a ese esquema de promoción y eso lleva a cosas como sostengo a la tesis, pasa de la gestión por excepción por proyecto, aunque no estén las normas los acepto a los proyectos y voy generando modificaciones o adecuaciones normativas. Se horadan las capacidades y de ordenamiento territorial que tiene el Estado.
¿Eso limita la construcción de políticas estatales del suelo?
Del suelo, del ordenamiento territorial y el cuidado de espacios medioambientalmente frágiles. Eso es como la aprobación de la urbanización Las Garzas, cerca de la Laguna Garzón, no solo el puente tiene los efectos que genera en el ecosistema, sino que las casas están próximas a un área protegida y los barrios privados están sobre los médanos. La urbanización Marina de Santa Lucia, pasando el puente Zitarrosa, está al lado de un área protegida y fue la única zona que no entro en el área protegida de los humedales de Santa Lucia. Y ahí se draga para que cada casa tenga un muelle para que salgan sus embarcaciones. Eso tiene que ver con el ordenamiento territorial.
Y pueden hacerse de las áreas protegidas como el caso que mencionaste del Laguna Garzón.
Es peor, se benefician.
Al momento, no se me ocurre ninguna pregunta, ¿no sé si tu querrías agregar algo que te parezca relevante y que se me haya pasado de largo?
Me gustaría hablar en un principio de la expansión de los barrios privados se debe a que ha sido un objeto invisibilizado y naturalizado con el tiempo. Hay que estudiar a los promotores inmobiliarios. Creo que con publicaciones como el libro “Los de Arriba” se ha logrado enfocar en el poder económico como un objeto de estudio. Es una carencia a nivel país que debemos contemplar desde los movimientos políticos, los movimientos sociales y la Academia. Hay cientos de tesis sobre FUCVAM y muy pocas sobre los barrios privados. En el mismo territorio que viven 200 mil personas, viven 10 mil. Es un despojo tremendo. Otra cosa de la que no hablamos es que muchos técnicos que han trabajado estos temas a nivel estatal se han pasado a nivel privado, y son actores importantísimos porque el Estado es un lugar estratégico donde se abren y cierran canillas. Después entender que algunas personas, con capital relacional como diría Bourdieu, se encuentran aprobando y desaprobando proyectos.
Y vas entendiendo los fenómenos con nombre y apellido.
Claro. Aunque te metas en tremendo lío. Pero uno tiene que hacerse cargo de lo que dice. Los de Arriba pone en discusión el estudiar al capital con los nombres de las familias y quienes son los que tienen la sartén por el mango.